sábado, 24 de octubre de 2009

Este va a ser nuestro último Café

Hace diez años cuando escribí "Tienda Honda" mi aproximación a la escritura era bastante más racional que ahora, veia los guiones como cajitas o modelos para experimentar con algo.  El primer ejercicio que hice se llamó "Bajando" y partió de la Idea de tomar la situación más estereotipada que recordara y sobre eso escribir Algo que me pareciera interesante.
Tienda Honda comenzó mas o menos igual,  me había propuesto escribir algo con dos historias paralelas y que la lógica secuencial y los puentes entre las dos historias
ocurrieran, no en las líneas narrativas, sino en las líneas temáticas.  Así que una historia
sin necesariamente tener mucho que ver serviría de espejo y evolución de la otra.
Es fue el punto de partida, solo eso,  luego lo que surgió fue un homenaje sentido y
real a dos canciones que me conmueven mucho, la primera  "Algo Contigo"  del compositor argentino  Chico Novarro, yo la conocí en una version de Maria Teresa Chacin acompañada por Aldemaro Romero, es de esas canciones que tienen mil versiones, dice así: 
Hace falta que te diga
que me muero por tener algo contigo
Es que no te has dado cuenta
de lo mucho que me cuesta ser tu amiga
Ya no puedo acercarme ya tu boca
sin desearla de una manera loca
Necesito controlar tu vida
ver quien te besa y quien te abriga.

Hace falta que te diga
que me muero por tener algo contigo
Es que no te has dado cuenta
de lo mucho que me cuesta ser tu amiga

Ya no puedo continuar espiando
dia y noche tu llegar adivinando
Ya no se con que inocente excusa
pasar por tu casa,

Ya me quedan tan pocos caminos
y aunque pueda parecerte un desatino
no quisiera yo morirme sin tener
algo contigo.

Ya no puedo continuar espiando
día y noche tu llegar adivinando

Ya no se con que inocente excusa
pasar por tu casa,

Ya me quedan tan pocos caminos
y aunque pueda parecerte un desatino
no quisiera yo morirme sin tener
algo contigo.
Ya me quedan tan pocos caminos
y aunque pueda parecerte un desatino
no quisiera yo morirme sin tener
algo contigo.

Algo contigo...

Algo contigo...

La otra canción es una de mis canciones preferidas,  no se me ocurre nada que escribir sobre ella,  porque simplemente me excede.  "El Último Café", hay una versión cantada por Goyeneche... El Polaco  y acompañada por Piazzolla, dice asi:
El último café
(1963)
Letra: Cátulo Castillo
Música: Héctor Stamponi

Llega tu recuerdo en torbellino.
Vuelve el otoño a atardecer...
Miro la garúa y mientras miro
gira la cuchara de café...
Del último café
que tus labios, con frío
pidieron esa vez
con la voz de un suspiro...

Recuerdo tu desdén
te evoco sin razón,
te escucho sin que estés:
"Lo nuestro terminó",
dijiste en un adiós
de azúcar y de hiel...
Lo mismo que el café,
que el amor, que el olvido,
que el vértigo final
de un rencor sin por qué...
Y allí con tu impiedad,
me vi morir de pie,
medí tu vanidad,
y entonces comprendí mi soledad
sin para qué...
Llovía, y te ofrecí el último café.



miércoles, 21 de octubre de 2009

El día que decidí hacerlo


Estos últimos años tuve la oportunidad de escribir diez cortos que luego se convirtieron en realidad, gracias a ellos me relacione con varios directores que hoy considero mis amigos.  Uno de los más importantes en ese grupo, se llamó en principio "El estuche"  luego fue parte de un largo llamado 1,2 y 3 mujeres y llevó el nombre de Eloina.

La idea original era de Rafael Pinto, quien después fue el asistente de dirección de la película, el había presentado una primera versión y luego lo habíamos trabajado con mi hermano José Luís, el resultado en papel nos gustaba y el resultado cuando se hizo también nos gustó.


De esa experiencia surge mi amor por  Andrea Herrera, allí iniciamos una conexión que cada vez pareciera ser más fuerte y que me llevó hasta Tienda Honda, son muchos los viajes que hemos iniciado juntos y muchos parecieran ser los que faltan, pero el de Tienda Honda lo puedo contar hoy.


Andrea me había convencido de escribir géneros a los que suelo huirle, había disfrutado mucho el proceso y nos habíamos agarrado mucho cariño, nos quedamos en Caracas un fin de semana largo, esos fines de semana que la ciudad se queda sola y da gusto vivir en ella, nos citamos para comer y no conseguíamos nada abierto,


Finalmente nos metimos como en una pollera y en vez de hablar de trabajo, que era la razón de la cita, pues por alguna maravilla nos abrimos y comenzamos a hablar de nosotros mismo,  la afinidad que siempre sentimos se expresó, teníamos tantas cosas en común.

Hablamos del amor, de cómo lo vemos, nos contamos nuestras cosas, los dos teníamos un amor difícil que estaba lejos y teníamos muchas dudas y muchos miedos, sentíamos que estábamos perdidamente enamorados de esas personas pero que la cosa no estaba fácil.

Al terminar esa larga conversación, Andrea me dijo: qué corto tienes por ahí?, yo en la oficina tengo un poco de cosas y tenemos que hacer vainas, yo te asisto, yo te quiero asistir, acto especialmente generoso cuando viene de alguien que ya es director.
Yo le dije que no tenia nada, que me había dedicado a la escritura de largos y que los cortos que había escrito se habían hecho todos, pero caminando hacia casa de ella recordé Tienda Honda y fue como una revelación, ese corto fue lo primero que hice para mi, tenía más de diez años de haberlo escrito y me di cuenta en ese momento que todo lo que he escrito tiene que ver con esoy con la visión del amor que allí está, de eso habíamos estado hablando toda la tarde.
 
Así que decidí hacerlo, tenía que cerrar ese ciclo y hacer ese homenaje retardado a mi manera de ver el amor. Después de ese día tuve mucha energía y todo se fue dando, recuerdo que me escapé algunos mediodias del trabajo para tomar estas fotos, con ellas les expliqué a los actores y a los fotógrafos como veía mi corto.  

Ayer en la sala de espera de una clínica le mostré un pequeño demo de lo que va a ser Tienda Honda, me alegró mucho poderselo mostrar, sin ella y sin esa conversación en la pollera, quizás nunca se hubiese podido hacer.


jueves, 15 de octubre de 2009

Mariana Francisco


Conocí a Mariana en la pre-producción de Comando X, mi segundo largometraje. Había llegado a ese rodaje casi por accidente, el director de la película, que había vivido todo el proceso con el guión y la pre-producción decidió retirarse por razones personales, con la protagonista había pasado mas o menos lo mismo y a una semana del comienzo estaba yo sin protagonista femenino.




Y bueno ahí apareció Mariana, fue un casting  muy por encima del promedio, todas las mujeres citadas lo hicieron muy bien, realmente muy bien, pero Mariana llegó,  se había iniciado la escena como todas las otras y en medio de lo que era un ejercicio más o menos sencillo y clásico de rechazo y atracción entre una pareja  joven,  el protagonista le dió la espalda y a ella no se le ocurrió nada más que darle una nalgada.  El actor quedó sorprendido y ella desde un estado de profunda calma y seriedad desplegó una de esas sonrisas que ella  como pocas sabe ofrecer y le dijo:  saludo de pelotero.


Trabajamos para darle un poco más de dimensión y peso a su personaje, cambiamos algunas cosas, el guión en líneas generales era muy machista y los personajes femeninos muy planos.  No voy a ser yo el que diga como estuvo ella en Comando, pero  cuando aparece por primera vez en esa especie de cita tropical de La Comezón del Séptimo año, sorprende, a mi todavía me sorprende.

Desde esa vez me ha acompañado en todos mis proyectos, donde he dirigido o coordinado o escrito, cada vez me sorprende más y siempre me deja la sensación de que puede ser mejor cada vez, que si yo estudio y trabajo y me preparo más,  puedo llegar a nuevos lugares y niveles , sensación que solo he sentido con ella y con la extraordinaria Carolina Riveros, protagonista de mi primera película.

Este proceso fue muy hermoso,  fue un viaje de tres meses a su lado, por momentos desconcertantes, Mariana al principio no encontraba a Andrea,  juntos viajamos por las distintas sensaciones del personaje, usamos varios ejercicios y autores, hicimos nuestra propia herramienta y ella un fin de semana sentía que amaba a Samuel y la siguiente que no le interesaba y así fuimos, tanteando a ciegas juntos hasta el ensayo general.
Y en el ensayo general estuvo fantástica y el día de la grabación mejoró.  Quedan muchas dudas, creo que lo único en lo que podemos confiar es en plantearse un proceso de trabajo profundo, sereno y placentero,  afortunadamente yo confiaba mucho en ella y tuve paciencia, esperé y Andrea apareció en el ensayo y finalmente se mostró plena el día de la grabación.


Y Mariana  bueno,  siempre está tranquila, siempre está serena, siempre está en la luna, trabaja, trabaja, trabaja,  se concentra, piensa, lleva elementos, te mira a los ojos como revisándote y parece que no está consciente de lo buena actriz que es y que difícilmente uno pueda toparse con alguien tan bello como ella.   


 





miércoles, 14 de octubre de 2009

Eida


Conocí a Eida, o mejor dicho la vi, en un espacio muy extraño, uno de mis hermanos de la vida Rafael Gomez me había convencido de lo impensable, asistir a una suerte de reencuentro de cuando estudiábamos en el liceo, la experiencia aunque sumamente extraña, fue placentera



Y bueno ahí estaba ella, era un recuerdo, una imagen congelada en el tiempo, no se, cuando yo tenía quince años ella tendría diez, eso era lo que yo recordaba, el rostro de una niña. Pero en ese sitio vi algo en la mirada de ella, algo entre la incomodidad y el pensamiento perdido que me hizo pensar... yo debería en algún momento hacer algo con ella, un día de estos, que me termine de volver loco, la invito a hacer un trabajo conmigo.



Y así pasó, de ese día quedó un contacto vía internet y creo que como al año o año y medio le escribí lo siguiente: Si tienes algún chance en estos días, me gustaría que nos tomáramos un café para contarte un proyecto que tengo en mente y pedirte un favor. Se que por encima suena raro y descabellado y en efecto es raro y descabellado, pero mi trabajo suele ser así. José Antonio


Y ella respondió esto: JEJEJE pues si suena un poco loco, dime que clase de favor necesitas? a lo que yo respondí... no se si sabes, me gano la vida como escritor y director de cine y desde el día del reencuentro loco de la otra vez, se me metió en la cabeza que me gustaría que aparecieras en alguno de mis trabajos ( y eso puede significar que participes mucho o poquito eso lo veríamos después) no se, es algo de la energía, algo en la mirada que uno no sabe si es muy alegre o muy triste. Me hubiese gustado contarte esto tomándonos un café, darte para que vieras mi primera película, mostrarte el guión de lo que quiero hacer, pero eres una muchacha cuerda y cautelosa como debe ser. Voy a hacer un corto en estos días y bueno, me encantaría que estuvieras por allí, si me das un correo te lo mando para que lo leas y si me vas a decir que no, sea con más argumentos. Esa mirada triste-alegre le vendría muy bien a la fotografía blanco y negro que tengo en la cabeza y seguramente seria una experiencia grata. Gracias y de verdad disculpa el abuso. josé antonio



Eida: Tranquilo no tienes que disculparte, mi correo es xxx@hotmail.com
Si aún quieres y tienes tiempo, nos podemos tomar ese café la semana que viene, así me cuentas más...Lo de la foto,bueno ni idea, no soy buena con las fotos,y siempre he creído que las cámaras no me quieren mucho...




Como ven lo de las cámaras era mentira y ella participó en un bello proceso de tres meses de ensayo que concluyó con un trabajo que me conmueve mucho.


lunes, 12 de octubre de 2009

Ensayo en la Plaza Bolivar


En algún momento dije que Tienda Honda se iba a convertir como en una cesta de deseos, había impreso la primera revisión del guión y justo ese día me llamo mi amigo Antonio García, como buen artista había desaparecido creo que más de un año y de pronto aparece, me fui a su casa y después de renovar afectos y conversar le deje el guión y le dije que me gustaría que lo hiciéramos juntos. A él fue el primero que le conté que quería convocar al gran fotógrafo venezolano, Alexis Perez Luna para que miráramos juntos la historia.Como era una cesta de deseos y yo había estado leyendo mucho sobre dirección de actores y la creación de personaje, pues tome la primera decisión realmente rara, iba a hacer el corto con dos elencos, así probaría un proceso de preparación con distintas herramientas,
combinaría actores profesionales con actores naturales o no actores, así comenzó el proceso, los primeros invitados están en estas fotos: Mariana De Francisco, Dario Soto, Vicente Peña y Eida Margione, ya dedicaré espacio para cada uno de estas fabulosos actores y mejores amigos. Nos dimos el lujo de ensayar durante dos meses y llegamos a hacer ensayos, pruebas de fotografías y cámara en las locaciones reales.